Imbéciles.
Creen que tienen una idea clara de lo que es el amor. El amor flota.
Inmaduros. No
saben que es el amor. Usted es un imbécil, al igual que yo. Y todos. No hay
salida, no hay solución simple. Imposible que haya una definición de constructo
conclusa. Quédese filosofando, o como se diga, la noche, da igual. Filosofía
silvestre, barata, de poca monta. De la vida, la noche, la muerte, el sentido
de la vida (JAJAJAJA) ETC.
Otra vez va a quedarse enmarañado en la laguna
de pensamientos. Intentando arreglarlo, fumando, no, tomando, pero así no
cambia, así no pasa nada. Ni siquiera va a llorar, ya no puede llorar. Yo no
puedo. Algunas personas tratan de controlar todas las variables de su vida.
Hay quietud, mucha quietud. Mucha ineptitud,
el cosmos no se merece eso. Tu calma, la mía, asquea. Me asquea.
La marea lo va
a llevar, me va a llevar, sigue en la pelea hace demasiado tiempo, aunque no se
haya movido ni medio centímetro.
Que se muera mi
cuerpo acá, por no llevarme a un lugar mejor. Que los gusanos corrompan mis
vasos, mis piernas, mis ojos, mi corazón por no ser útiles. Utilidad. Que la
luz del día ilumine lo que solía ser mi envase. No sirve para la búsqueda que
mi alma desangrada grita. Que sigan pasando los días, que sigan pasando las
vidas. Que me vean, se detengan, me sonrían de costado, con asco y fascinación.
Incluso cierta perversión en sus ojos. Riéndose, sorprendiéndose, fascinándose.
Por un instante, y se marchen. Que me declaren amor, me besen y se vayan.
Vuelen con el viento y al instante ni se molesten en saludar. Que ya no exista
porque me olvidaron y la existencia se defina solo en tanto los demás nos
perciben y recuerden. No me molesta, eso debe ser vida. Búsqueda y perdida. No sé
qué otra cosa puede ser. Aunque sea un cuerpo muerto. ¿ Y en qué quedamos?
Ah, sí, en que
el amor flota. En su inmadurez, en que no saben que es el amor. Quizás saben, o
no. Da igual, no sabemos. Nunca sabremos, si sentiremos. Reiremos, nos iremos.
Abrazaremos, nos entregaremos, evadiremos. Moriremos, reviviremos. Nos declararán
amor y se irán, amaremos y dudaremos, sin ningún tipo de estabilidad, aunque lo
intentemos. Yo me rio porque somos todos unos imbéciles tratando de controlar
algo que no se puede controlar muy bien. Por más madurez que haya, hay cosas
que siendo demasiado racionalizadas pierden su encanto. Pero podría pensarlo
mejor mañana y cambiar de idea… Porque no hay solución o definición simple y
cerrada, ya le dije.
Estoy estática,
riendo sin mover un solo musculo, nadie puede escucharme reír. Mientras el
viejo colchón lleno de olor a humedad me come, me hundo en el y el se nutre de
mi cuerpo, de mis proteínas, me come. Me he vuelto uno con el y pronto no tendré
conciencia, porque he llegado a su estómago. Tal vez se cumpla eso de que mi
cuerpo se muere acá.
Tal vez esté
muerta hace tiempo, tal vez solo dormida. Anestesiada. ¿Son los dormidos mucho
más felices? Los Ignorantes no saben de estas vicisitudes de la vida, las
rutinas los ayudan a ser más felices. Pero para una persona con una vida
rutinaria sin capacidad de manejar una rutina esa puede ser una cárcel
insostenible… que se sostiene. Morir cuesta y vivir también. Odiarme, amarme.
Vomitar y atragantarme. Reír o llorar. Pero tal vez ya no pueda llorar. A no
ser por este instante donde estoy dentro del colchón y el me lleva un rato en
un paseo de colores que se mezcla con el viento y el asqueroso olor a humedad,
ya no puedo llorar. Morfina de la vida que hace que olvides lo que sabes. Vivir
como los ignorantes hasta que recordas lo que sabes y lo que no sabes. No sabes
que es el amor. No sabes como estudiar, no sabes cantar, no sabes leer, no
sabes escribir una hoja seguida sin cambiar de personas o de escenarios.
Tal vez hay
cosas inevitables. Como llorar. Tal vez ahora si pueda llorar, mientras viajo y
sale el sol, sin moverme del colchón, puedo llorar sin que se caiga de mis ojos
ni una gota de dihidruro de
oxígeno mientras mis ojos se desgarran.
Le dije, los
imbéciles e inmaduros somos nosotros. Usted, yo, aquel, el que cree que es
vivir y amar y sufrir y planificar y vive sin cuestionarse eso. Sin saber que
llora sin llorar y a veces ríe sin reír.
Puedo mirar
anestesiada, sin movimiento, con los ojos bien abiertos todo, predispuesta a
buscar la inyección que reanime los tejidos que siguen pudriéndose y
conteniendo el alma que sangra sobre estas letras. Mis palabras son mi alma y
se las puedo dar a usted por un rato, ya podrá crearse más. Ya puedo liberarme
de esto e intentar romper el vidrio otra vez.